La creatividad amateur es un boom en Internet
Con el fenómeno de YouTube, el sitio de videos online, se multiplicaron los contenidos "autogenerados".
Primer Caso - Sony Bravia y Cti (el hit del verano)
El año pasado, el creativo argentino Juan Cabral se consagraba como una celebridad publicitaria internacional en el momento en que intuyó que podía tirar 250 mil pelotitas de colores por las calles de San Francisco, poner una canción de amor de fondo y lograr un comercial que remitiera directamente a lo hermoso. Después, una marca de jugo de frutas se promocionó en Internet con una parodia y tiró manzanas, sandías, limones y naranjas en un escenario parecido. Casi simultáneamente, algunos miembros YouTube, la comunidad de videos online más grande del mundo (¿hace falta recordar que Google la compró por 1.650 millones de dólares y que tiene 350 millones de usuarios regulares?) se animaron a versionar la idea con recursos y espíritu domésticos. Unas pocas tristes pelotitas cayendo por las escaleras de una casa mal iluminada, otras en un patio, otras en el piso de una cocina, etc. Mientras el mercado publicitario mundial se enfoca con urgencia en el marketing viral, los espectadores (pasivos) se vuelven usuarios (activos) y fortifican la tan comentada generación de contenidos caseros haciendo sus propios comerciales, transformándose en (in)voluntarios creativos ad honorem.
Curiosamente, los usuarios crean o recrean avisos con naturalidad. Se puede comprobar ingresando cualquier marca o campaña en el buscador de YouTube. Un ejemplo a mano: "El hit del verano". La cancioncita de CTI y su coreografía se reproducen de manera infinita: gente que sube sus videos cantando y bailando "Que te clavo la sombrilla" en la playa, en la cocina, en el patio de la casa; con coreografía parecida, igual o distinta; con vestuario que homenajea al del aviso u otro versión libre, con meneos sensuales o bochornosos. Hay chicos y viejos y hasta un pollo animado que baila. Todos se ven muy divertidos por hacerlo.
Primer Caso - Sony Bravia y Cti (el hit del verano)
El año pasado, el creativo argentino Juan Cabral se consagraba como una celebridad publicitaria internacional en el momento en que intuyó que podía tirar 250 mil pelotitas de colores por las calles de San Francisco, poner una canción de amor de fondo y lograr un comercial que remitiera directamente a lo hermoso. Después, una marca de jugo de frutas se promocionó en Internet con una parodia y tiró manzanas, sandías, limones y naranjas en un escenario parecido. Casi simultáneamente, algunos miembros YouTube, la comunidad de videos online más grande del mundo (¿hace falta recordar que Google la compró por 1.650 millones de dólares y que tiene 350 millones de usuarios regulares?) se animaron a versionar la idea con recursos y espíritu domésticos. Unas pocas tristes pelotitas cayendo por las escaleras de una casa mal iluminada, otras en un patio, otras en el piso de una cocina, etc. Mientras el mercado publicitario mundial se enfoca con urgencia en el marketing viral, los espectadores (pasivos) se vuelven usuarios (activos) y fortifican la tan comentada generación de contenidos caseros haciendo sus propios comerciales, transformándose en (in)voluntarios creativos ad honorem.
Curiosamente, los usuarios crean o recrean avisos con naturalidad. Se puede comprobar ingresando cualquier marca o campaña en el buscador de YouTube. Un ejemplo a mano: "El hit del verano". La cancioncita de CTI y su coreografía se reproducen de manera infinita: gente que sube sus videos cantando y bailando "Que te clavo la sombrilla" en la playa, en la cocina, en el patio de la casa; con coreografía parecida, igual o distinta; con vestuario que homenajea al del aviso u otro versión libre, con meneos sensuales o bochornosos. Hay chicos y viejos y hasta un pollo animado que baila. Todos se ven muy divertidos por hacerlo.
Escrito por Florencia Werchowsky. ESPECIAL PARA CLARIN